Nota de la Revista Mía, publicada el 8 de septiembre de 2011
Ejercicio y alimentación al extremo
Se trata de un nuevo trastorno psíquico, cuya obsesión es verse tonificada, buscando un ideal de belleza inalcanzable.
Por Fernanda Bustos
La Vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno o desorden psíquico donde se asocia belleza con masa muscular. Quienes la padecen suelen pasar gran parte del día haciendo ejercicio físico y pensando en como poder llevar a cabo una dieta rica en alimentos proteicos para así aumentar la masa muscular del cuerpo.
Se la suele llamar en la jerga la " anorexia inversa", ya que si bien ambos tienen una distorsión de su imagen corporal, los vigoréxicos buscan salir de un cuerpo que ven siempre como débil y delgado para llegar a uno fuerte y voluminoso.
Empezó siendo un problema masculino. " En las ultimas décadas se ha producido un corrimiento progresivo de un gran espectro de actividades exclusivas de los hombres - quienes llevaban el pan a la casa, carácter sobre el que se apoyaba el concepto de virilidad- al ámbito de la competencia de las mujeres. Una manera de subliminar esa falta es replegarse sobre el propio cuerpo, dando a los músculos la máxima expresión de fuerza y tamaño, remarca la Dra. Juana Poulisis en el libro " Los nuevos trastornos alimentarios".
¿Cosa de hombres?
Si bien este trastorno afecta en un 90% a los hombres - sobre todo los mas jóvenes-, cada vez hay más casos de mujeres que lo padecen. "Las más preocupadas por por hacer ejercicio físico son las mujeres de 35 a 60 años, aunque la mayoría que hoy entreno tienen entre 40 y 50 años. Quieren estar bien tonificadas con formas curvas definidas", afirma José Donoso, Profesor Universitario de educación física del Gimnasio Olimpia Cancillería.(…)
Vigorexia bajo la lupa
La vigorexia o dismorfia muscular fue estudiada por primera vez en 1997, por el Dr. Harrison G. Pope, psiquiatra de Hospital Mc Lean en Boston ( Estados Unidos ). Se encuadró dentro de un grupo de trastornos denominados dismorfias corporales, sufridos por aquellas personas que no se sienten a gusto con su propio cuerpo y se obsesionan con la mejora de ciertos defectos físicos. Pueden llegar a pesarse y medirse varias veces por día y constantemente se miran en el espejo para comprobar sus progresos en cuanto al volumen y definición de los músculos. " Estas conductas ubican este trastorno en el espectro de los obsesivos- compulsivos pero, dado que el rasgo predominante distintivo e los vigoréxicos es la distorsión que tiene de la imagen corporal, se los caracteriza dentro del trastorno dismórfico corporal", asegura la Dra. Juana Poulisis, especializada en trastornos alimentarios. Suelen ser personas poco sociables, que tienen una baja autoestima y una fuerte personalidad obsesiva, que repercute en todos los ámbitos.
¿Trastorno alimentario ?
Es una lucha inescrupulosa por el verse bien inexorablemente a ser súper obsesivos con la alimentación. "La preocupación por ajustarse a una dieta baja en grasas (hipocalórica) y alta en proteínas (hipercalórica), con el peso corporal y la distorsión de la imagen, trae también la asociación con la categoría de trastornos alimentarios, aunque no esté oficialmente aceptada como tal por entidades médicas como la Asociación Psiquiátrica Americana", sentencia la Dra. Juana Poulisis. Así suelen llevar una dieta desequilibrada, alta en proteínas e hidratos y baja en lípidos.
Lamentablemente, en más casos de lo que se cree se consumen esteroides anabólicos para aumentar la masa corporal. Entonces, y como consecuencia, aumenta el riesgo de padecer enfermedades, lesiones hepáticas, problemas cardíacos, osteoporosis, lesiones en tendones, edema, daño renal, etc..
Desde ya que la persona vigoréxica necesita reconocer que tiene un problema, por lo que la decisión de encarar un tratamiento no es voluntaria. Las consecuencias psicológicas y sociales del trastorno son las que menos se reconocen, por lo que no suelen tratarse. Suelen consultar al médico por los efectos adversos de ejercicios, dieta y sustancias, y en menos casos, por haber caído en una depresión al ver que todos los aspectos de su vida están afectados.
Para su tratamiento suelen necesitarse un abordaje multidisciplinario, utilizando psicoterapia cognitivo-conductual, en algunos casos, combinado con antidepresivos.
Encontrar el límite sano
Suele pasar que al realizar algún tipo de ejercicio físico, ya sea al aire libre o en un gimnasio, nos sentimos tan bien que queremos "más". Y así, se intensifica el entrenamiento, pudiendo volverse, incluso, excesivo. Es importante remarcar un mismo entrenamiento que es saludable para alguien, puede ser excesivo para otro ( aunque tengan la misma edad, contextura física). No siempre están claros esos límites. (…)